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dilluns, 21 de gener del 2008
dissabte, 19 de gener del 2008
Dudas
No comprendo porque la escritura de mi blogs no se me edita completa, lo he editado sin fotos poniendo la pantalla a setenta y cinco y se ha editado bien, pero cuando intento ilustrarla con las fotos no me funciona si alguien sabe como corregirlo por favor que me lo haga saber
divendres, 18 de gener del 2008
"Mi reflexion sobre la Navidad"

En mi infancia todos niños estábamos bien aleccionados y sabíamos que se celebraba el nacimiento del niño Jesús.Pero para la mayoría de nosotros lo verdaderamente importante era la cena de noche buena…….El menú no variaba casi nunca, siempre corría a cargo de El hermoso Gallo que mi madre cuidaba con esmero durante varios meses pensando en la cena navideña “pobre pollo”
El día 24 por la mañana “sultán” des aparecía del corral, y todos los pequeños sabíamos que al día siguiente “Sultán” no nos despertaría con su canto altivo y arrogante pero tan entrañable para nosotros…Nunca le vi. Morir. Mi madre tenia buen cuidado de que los pequeños no viéramos como descuartizaba a aquel hermoso animal que durante meses fue como un amigo con el que compartíamos parte de nuestra merienda. El comía las migas de nuestro bocadillo y las pieles de las manzanas: merienda habitual de la época.

¡Que le vamos hacer! Son las miserias y contradicciones del ser humanó
Había un detalle mucho más agradable que el de “Sultán”, el turrón de guirlache que mi madre nos preparaba para postre y que tanto me gusta. Por la mañana los más pequeños nos encargábamos de partir y limpiar las almendras que con aquel arte culinario que tienen todas las madre se convertiría en el mejor postre del mundo.Creo que es uno de los recuerdo más nostálgicos y gratos de mis Navidades infantiles.
Alguna vez he intentado reproducir aquella sensación de calida intimidad en mis hijos elaborando a aquel guirlache de mi infancia, (único lujo que nos era permitido por entonces) ¿no se si lo habré conseguido?, porque los tiempos y las circunstancias son distintos.
Durante todo el año, y por cualquier nimiedad, los vecinos, en casa, en la escuela, en cualquier sitio, te recordaban que tenías que ser buena para que los Reyes se acordaran de ti. Y yo lo era, ¡les juro que lo era! era obediente y no daba demasiados problemas. Pues ni por esas: los Reyes nunca se acordaban de mí.
¡Pero que les había echo yo! ¡Que barbaridad! ¡Aquello no podía ser normal!
El día 6 por la mañana todos los niños “Buenos” bajaban a la calle luciendo sus juguetes nuevos, y los “Malos” que siempre solíamos ser los mismos también, pero sin juguetes. Naturalmente los “Malos” mirábamos a los “Buenos” con algo de rencor y con la sensación de que hacían trampa.Pero en nuestra infinita inocencia sintiéndonos cada vez mas “malos”.
Debió de ser por eso que cuando crecí me hice republicana (supongo que para fastidiar a los Reyes): ya estaba bien de tanta discriminación ¿no os parece?

Y pregunto: ¿Ha cambiado tanto la Navidad?……
Fina de Vilassar